sábado, 30 de octubre de 2010

HACIA UNA EDUCACION SUPERIOR COMPETITIVA
Hace un tiempo atrás recibimos la visita de Michael Porter en Lima, uno de los líderes académicos en Gerencia Estratégica. Porter encontró algunas falencias en el modelo de crecimiento que estamos adoptando, el cual es dependiente de materias primas y que no se ha llegado a un progreso en materia de educación, infraestructura y competitividad.
En realidad si miramos las estadísticas, Porter tiene razón, ya que en lo que es el ranking de Competitividad Global, ocupamos el puesto 78. La brecha de inversión en infraestructura es de US$ 13,961 millones en transportes. En educación, el Gobierno gasta solo 2 % del PBI, numero de debajo del promedio en Sudamérica. Esto último hace que el espiral de pobreza y exclusión social no se termine, a pesar del notable desempeño macroeconómico.
En lo que a educación superior se refiere, la situación no es alentadora ya que en el sector publico no se transfiere y / o gasta efectivamente un buen porcentaje en investigación, motor para el despegue con el descubrimiento de nuevas tecnologías propias de nuestra realidad. Una buena educación superior, permitiría generar profesionales de calidad o capital humano, uno de los principales determinantes en el crecimiento del Producto Bruto Interno. Los otros factores de crecimiento son capital físico y recursos naturales. Este ultimo los tenemos y el primero se puede desarrollar internamente si desarrollamos las habilidades de investigación y desarrollo en las universidades. Sin embargo, el sector público no ha canalizado eficientemente un desarrollo de las universidades, tanto en Lima como en el interior.
En nuestro país, esta norma de bloqueo de sucursales educativas evita que el estudiante de una zona alejada en el interior tenga que trasladarse a la capital para adquirir una buena educación de calidad. Si se desregula la prohibición de abrir filiales, se fomentaría la libre competencia en el sector educativo, lo cual podría ayudar a que se rompa ese espiral de exclusión y desigualdad que citamos al inicio

(*): Profesor de Finanzas – Universidad ESAN

EL CONTADOR PÚBLICO: GESTOR DEL CONOCIMIENTO

(*) Eduardo Cárdenas Saldarriaga
Ninguna profesión más ligada a la información que la contabilidad, sobre todo en el entorno de las organizaciones, cualesquiera que fuere su tipo o dimensión. De allí que la demanda de la información, a todo nivel de las mismas, ha de pasar, quiérase o no, por el tamiz contable, más aún si ha de incidir en la toma de decisiones, que todos esperan sean siempre acertadas y oportunas
Pero, no es menos cierto que el exponencial avance de la tecnología informática y de comunicaciones ha superado todas las expectativas y de la mano con la economía mundial de mercado y la muy conocida y citada globalización, ha devenido en un contexto que llevó a Peter Drucker a considerar a las grandes organizaciones como "no nacionales", ya que se ubicarán y desarrollarán sus actividades allí donde encuentren las mejores condiciones para ello, al margen de consideraciones de nacionalidad u otras
Este desarrollo incide en las organizaciones, obligando a un mejor y más rápido proceso de los datos, para convertirlos en información, Pero, este proceso automatizado y veloz no lo realizan las personas que tienen bajo su responsabilidad el manejo de la información y menos aún tales responsables gustan o buscan involucrarse en los aspectos concomitantes al proceso de transformar los datos en información. Es obvio que nos referimos a quienes tienen bajo su responsabilidad el registro de los datos concernientes a hechos económicos o transacciones, que por diversos conceptos realizan las organizaciones: Los Contadores Públicos
La mayoría de ellos, no todos por fortuna, prefieren permanecer alejados de los trajines y avatares informáticos y suelen conformarse con dar algunas indicaciones y ver que se cumplan los aspectos formales de la información en lo que concierne a estados financieros y algunos reportes especiales. Todo lo demás es dejado en manos de los llamados "informáticos", que mal que bien tratan de interpretar las necesidades de cada cual y proporcionar lo que ellos entienden necesario o creen que les fue solicitado
Así, la información suele ser redundante, poco objetiva e incluso innecesaria y es causa de conflictos, porque el informático muy pocas veces es un buen intérprete de las necesidades de los usuarios de la organización. Pero, no es menos cierto que termina aprendiendo más de contabilidad y de la organización y sus necesidades de información que lo que el contador pueda entender de informática y de las necesidades de información
La información por sí sola no es sino un conglomerado de datos que, de una u otra forma, se clasifican y ordenan u organizan, tratando de interpretar el sentir del usuario. La información por sí sola no dice nada y requiere de cada usuario un proceso adicional de adecuación para convertirse en conocimiento, con todas las dificultades de no saber bien como pedir lo que necesita y menos aún de ser entendido en el requerimiento
El Contador Público, eje central de la organización, debe ser el artífice que interprete y solucione los requerimientos de los usuarios: que dicte las pautas y organice la información, interactuando con las otras áreas y con los profesionales y ejecutivos de la empresa, de manera tal que la información solicitada por ellos, conlleve el valor agregado de ser útil para la toma de decisiones acertada y oportuna. Porque las decisiones de las que depende el futuro de una organización no deben ser solamente acertadas, ya que una buena decisión que llega tarde es tan inadecuada como una mala decisión. Las organizaciones son dinámicas y cuánto más cerca de los hechos se encuentre la información y cuánto más adecuada sea a las necesidades del usuario, con prescindencia del nivel de éste en la organización, más tiende a convertirse en conocimiento.
De allí la necesidad de quebrar algunos esquemas y romper paradigmas que alejan al Contador Público del centro del escenario que debe ser su "leit motiv": Convertir información en conocimiento", es decir constituirse en el gestor del conocimiento en las organizaciones, llegando a cada nivel de las mismas y auscultando y coordinando las necesidades de información, luego hacer que ésta sea realmente útil para la toma de decisiones, más aún en la llamada "aldea global" en donde todo está aquí y ahora. Un aquí y ahora que puede marcar la diferencia entre ser una organización del conjunto, expuesta a los riesgos de un mercado ferozmente competitivo o marcar la diferenciación, merced a la atención oportuna, precisa y coordinada de los requerimientos de información de los llamados por Peter Drucker "trabajadores del conocimiento", ubicados en todas los niveles de las organizaciones y con necesidades múltiples, que solamente el Contador Público, centro del manejo de la información de cada organización puede solventar, como gestor del conocimiento. Todo un reto para la profesión y que como tantos otros anteriores, será enfrentado y vencido, por el Contador Público que se imbuirá del flujo de necesidades de conocimiento y canalizará el mismo con criterios de excelencia y oportunidad.